Muchas personas recurren a productos desatoradores químicos cuando se tapa una tubería. Son fáciles de conseguir, no requieren herramientas y prometen resultados rápidos. Sin embargo, no siempre son la mejor solución.
Existen muchos mitos sobre su uso, y es importante conocer la verdad para evitar daños mayores.
Mito 1: “Lo desatascan todo”
Uno de los mitos más comunes es pensar que estos productos eliminan cualquier tipo de obstrucción. En realidad, solo disuelven ciertos materiales orgánicos, como restos de cabello, grasa o jabón.
Si la obstrucción es causada por objetos sólidos, acumulación de sarro o raíces de plantas, los desatoradores químicos no funcionarán. En esos casos, se necesita limpieza profesional o uso de herramientas especializadas.
Mito 2: “Son seguros para todas las tuberías”
Otro error común es creer que se pueden usar en cualquier tipo de instalación. Algunos desatoradores contienen químicos corrosivos como hidróxido de sodio o ácido sulfúrico, que pueden dañar tuberías de PVC, CPVC, cobre o incluso metal galvanizado si se usan con frecuencia.
Además, pueden afectar los sellos de goma o juntas, provocando fugas a largo plazo.
Mito 3: “Mientras más producto, mejor”
Aplicar más cantidad no garantiza mejores resultados. Al contrario, puede generar una reacción más fuerte que dañe la cañería o ponga en riesgo tu salud si el vapor entra en contacto con los ojos o vías respiratorias.
Siempre se debe seguir la dosis recomendada y utilizar guantes y protección adecuada.
Cuándo se pueden usar
Los desatoradores químicos pueden usarse ocasionalmente en casos leves, como:
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Drenajes lentos por acumulación de jabón o grasa.
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Inodoros que bajan lentamente sin estar totalmente bloqueados.
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Drenajes de lavamanos con obstrucciones parciales.
Aún así, es preferible optar por productos enzimáticos, que son biodegradables y menos agresivos.
Cuándo evitarlos
Debes evitarlos si:
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El agua está completamente estancada.
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Ya has aplicado otro químico y no funcionó.
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Tienes niños o mascotas cerca del área.
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Hay conexiones con un tanque séptico (pueden dañar la flora bacteriana).
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La instalación es antigua o tiene reparaciones visibles.
Alternativas seguras
Existen varias opciones efectivas:
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Mezcla de vinagre con bicarbonato: segura y útil para mantenimiento.
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Agua caliente con sal: disuelve grasa ligera.
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Desatoradores enzimáticos: limpian sin dañar las tuberías.
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Sonda manual o destapacaños: ideal para obstrucciones accesibles.
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Llamar a un fontanero profesional: si el atasco persiste o es profundo.
Conclusión
Los desatoradores químicos pueden ser útiles en casos muy puntuales, pero no deben usarse como única solución. Conocer sus límites, riesgos y alternativas ayuda a proteger tus tuberías y evitar daños mayores.
Siempre es mejor prevenir que lamentar. Y si la obstrucción no cede, lo más seguro es consultar a un experto.
Llama a un fontanero de confianza
y mantén tu hogar en buen estado.
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